martedì 27 maggio 2014

Madrid contra Madrid en el Santiago Bernabéu

Iker Casillas levanta al cielo la "Décima" (www.sport.sky.it)

En ocasión de la final de Champions League 2013/2014, que ha visto enfrentarse a los dos clubes más importantes de la capital española, Real Madrid y Atlético, las dos sociedades han decidido abrir las puertas de sus estadios a los aficionados que no podían ir a Lisboa. De esta manera, cogiendo entradas gratuitas, en el caso del Santiago Bernabéu, o con un coste de cinco euros, en el del Vicente Calderón, los madridistas y los colchoneros han podido disfrutar del partido en maxipantallas al lado de parientes, amigos, conocidos y desconocidos, todos unidos por la misma pasión. En la ciudad de Madrid ya desde hace muchas semanas se respiraba un clima particular, porque si para el Real Madrid, tras terminar tercero en la Liga, la victoria de la Champions se consideraba un imperativo, para el Atlético, reciente ganador de la Liga, podía llegar un doblete épico. Además, el Real, a pesar de haber ya ganado nueve Ligas de Campeones, intentaba conquistar la "Décima" desde hace 12 años, mientras que para el club del presidente Enrique Cerezo hubiera sido el primer trofeo de ese calibre.

Todo empieza a las 5-6 de la tarde, cuando amigos, familiares y novios se dividen, cada uno con su hinchada: los madridista marchan hacia el estadio Bernabéu y la Plaza de Cibéles, los colchoneros hacia el Calderón y la Fuente de Neptuno. Personalmente, sugestionado por la fama, la historia y el entrenador italiano de los merengues, cojo el metro para ir al Bernabéu y, una vez entrado en la estación de Alonso Martínez, me encuentro entre un centenar de aficionados que cantan y homenajean entusiastas a sus ídolos con coros muy pintorescos. Los que más son celebrados, naturalmente, son Cristiano Ronaldo, Raúl y Juanito, banderas del Real Madrid de hoy y de ayer. El metro, ya casi completamente lleno, se para en cada estación y la gente continua a entrar como en las peores horas puntas de la semana, pero el hecho de estar todos incómodos no importa a nadie, porque, como grita detrás de mí un hincha que lleva la camiseta de Marcelo, “¡esta noche hay la posibilidad de ganar la Décima!”. La llegada a la parada del metro “Santiago Bernabéu” es acompañada por un boato similar a la ola de entusiasmo que sigue un gol durante un partido. La adrenalina se difunde entre todos los pasajeros y, muy lentamente, empeñados en nuevos coros y aplausos, todos consiguen salir de la estación. La gente ríe, baila, grita, bebe y se divierte mucho fuera del estadio: es un clima de auténtica fiesta. Para mí, la posibilidad de entrar por la primera vez en uno de los monumentos más importantes del fútbol es un sueño de niño que por fin se realiza y el espectáculo ofrecido por los miles de madridistas dentro del estadio es verdaderamente emocionante.

En el centro del campo, se encuentra un cubo compuesto por cuatro enormes pantallas que retransmiten el partido de Lisboa y, a su lado, un presentador que lleva una bufanda del Real Madrid se dedica a calentar el ambiente, mientras los aficionados comienzan a disponerse en sus sitios, después de las clásicas fotos para las redes sociales.

El cubo de pantallas en el Bernabéu © Giacomo Iacobellis

Festejo de Godín tras anotar el gol del 1-0 © Reuters
El partido empieza y, si sólo no faltaran los jugadores, se podría pensar que la final de Champions se está jugando precisamente allí en Madrid, en el estadio Santiago Bernabéu. El equipo de Carlo Ancellotti juega bien, pero el Atlético se defiende con organización. Ronaldo, lesionado, no logra hacer la diferencia y Bale no consigue meter el gol del 1-0. Los madridistas viven con mucha pasión todas las acciones del partido, esperándose un gol de su equipo antes del descanso, pero, inesperadamente, a meter gol es el Atlético, cuando, en el minuto 36, Godín aprovecha de una media salida a destiempo de Casillas para regalar de cabeza la momentánea victoria a los colchoneros. Después del gol, el Bernabéu se queda mudo y, después de algunos segundos, se pueden ver reacciones muy contrastantes: algunos silban sin piedad contra el capitán del Real Madrid, recordando también su pasado de “topo”, mientras que la mayoría lo anima a no preocuparse, segura de que el partido no acabará con ese resultado y que el portero sabrá recuperarse.

El gol del 1-1 de Sergio Ramos (www.abc.es)
En el segundo tiempo del partido los hombres de Ancellotti vuelven al campo con la justa determinación, pero, a pesar de una posesión de pelota y de una determinación mucho mayor que la de sus adversarios, el gol del empate no quiere llegar. Bale falla otras dos oportunidades y los madridistas empiezan a enfadarse con “Mr. 100 millones de euros” y a tener miedo que la Copa puedan ganarla sus rivales. Los colchoneros y el "Cholo" se sienten ya campeones y en el Bernabéu muchos hinchas, muy resignados, están a punto de perder la esperanza. Los 90 minutos de juego se acaban, pero falta todavía el descuento. El arbitro, el holandés Björn Kuipers, concede 5 minutos (decisión que será muy contestada por Simeone y sus jugadores) y las esperanzas de los madridistas vuelven a crecer. Es el minuto 93 del partido cuando Sergio Ramos realiza una hazaña heroica, metiendo el gol del 1-1 de cabeza en un saque de esquina.

Gareth Bale mete el gol del 2-1 (www.goal.com)
La gente llora de felicidad y los presentes comienzan a cantar “¡Sí, se puede!” con toda su voz. Llega la prórroga y, no obstante el resultado sea Real Madrid 1 – Atlético 1, los madridistas confían en la victoria. De hecho, los jugadores del Atlético están agotados y, en el minuto 110, tras un centro de oro de Di María, Gareth Bale de cabeza mete el gol del 2-1 desatando la fiesta entre los merengues y hundiendo en lágrimas a un Atlético que se había sentido rey de Europa por. El entusiasmo se convierte en el protagonista junto a las sonrisas y los goles de Marcelo (minuto 118) y de Ronaldo (120') son aplaudidos con gran excitación.
El coro “¡Hala Madrid! ¡La Décima está aquí!” retumba por todas partes: el Real Madrid gana 4-1 y es el nuevo campeón de Europa. La felicidad de los presentes crece aún más cuando el estadio les ofrece la canción “¡Campeones, Campeones¡” y unos estrepitosos juegos de luces y, en particular, cuando una maxireproducción de la Copa sale desde el centro del cubo de pantallas situado en el círculo de medio campo. Entonces, el presentador del evento invita a la multitud a dirigirse hacia Cibeles, informando que los jugadores y todo el equipo técnico del Madrid llegarán ahí dentro de dos o tres horas (aunque al final las horas de espera serán muchas más). Los madridistas salen del estadio con orgullo, besando su camiseta blanca y homenajeando a cada jugador del equipo, incluso el entrenador, Carlo Ancellotti, capaz de ganar un título que ni Mourinho ni Pellegrini ni Schuster ni Capello ni Luxemburgo ni Camacho ni Queiroz, entre otros, habían logrado restituir al club del presidente Florentino Pérez en estos últimos 12 años, a pesar de campañas de fichajes muy costosas.

La maxireproducción de la Copa en el Bernabéu © Giacomo Iacobellis

En el medio del tráfico, todos se encaminan hacia Plaza de Cibeles, donde la fiesta sigue por toda la noche, y, después de muchas oras, los aficionados merengues pueden por fin festejar junto a sus ídolos este histórico triunfo.
G.I.

Reportaje breve realizado por el "Chiringuito de Jugones" sobre la fiesta en Plaza de Cibeles : 



Algunas fotos de la fiesta madridista en Plaza de Cibeles:

La llegada de los jugadores del Real Madrid a Plaza de Cibeles (www.ilpost.it)
Los jugadores del Real Madrid festejan la "Décima" junto a sus aficionados en Plaza de Cibeles (www.ilpost.it)
Carlo Ancellotti levanta la Copa en Plaza de Cibeles (www.ilpost.it)

Sergio Ramos levanta al cielo la Copa en Plaza de Cibeles (www.elmundo.es)

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