Los efectos de la crisis que está afectando España son
visibles en diferentes ámbitos de la sociedad y uno de estos es seguramente el
consumo de cultura. La inversión de dinero en películas y
representaciones teatrales no deja de disminuir y, al mismo tiempo,
aumentan los espectadores que no pueden disfrutar de estas
actividades culturales a causa del coste de las entradas, cuyo precio
es cada vez más elevado (en España el porcentaje de los
espectadores del cine ha pasado del 84,2% del 2011 al 80,6% del
2012). Como demuestran los datos del Anuario de Estadísticas Culturales 2013, en el capítulo donde se ofrecen indicadores de la
actividad cinematográfica y de vídeo, en el 2012 ha crecido el
número de las empresas que han producido una sola película (pasando
del 84,2% del 2011 al 86,2% del 2012) y, por consecuencia, se ha
reducido el número de las que han producido de dos a cuatro
películas (del 14,3% del 2011 al 13% del 2012) o más de cinco (del
1,5% del 2011 al 0,8% del 2012).
Los indicadores de las empresas productoras de cine no son los únicos que han disminuido a partir del 2010. Como podemos ver en el Anuario, en el 2012 menos cines y salas de exhibición han ofrecido sus servicios respecto al año anterior y el número de largometrajes y cortometrajes realizados en España ha aumentado progresivamente hasta el 2010-2011, mientras ha disminuido bruscamente en el año siguiente. Estos datos muestran claramente cuánto sea difícil en este momento ganar competitividad y conseguir prestigio en la oferta del cine tanto a nivel nacional como a nivel mundial. Las películas multimillonarias de Hollywood, caracterizadas por efectos especiales, nuevas tecnologías (cine en 3D) y actores de fama internacional como Leonardo DiCaprio o Brad Pitt, atraen más espectadores y más inversores de dinero, influyendo de manera muy negativa en el éxito que tienen las películas europeas como las españolas o las italianas, menos promovidas y menos llamativas. De hecho, un indicador que destaca mucho en el Anuario es el relativo a las empresas distribuidoras de cine con actividad por nacionalidad de las películas distribuidas: si en el 2009 había crecido el porcentaje de las empresas españolas distribuidoras solamente de películas españolas (54,8%) respecto al mediocre porcentaje de empresas distribuidoras solamente de películas de USA (5,2 %), en los años siguientes las tendencias dominantes han sido diferentes. El porcentaje de las empresas distribuidoras solamente de películas españolas ha disminuido en el 2010 (51,7%), ha aumentado nuevamente en el 2011 (60,3%) y ha tenido otra flexión negativa en el 2012 (54,4%) frente al porcentaje de las distribuidoras de películas solamente de USA que ha crecido de manera constante (pasando del 5,2% del 2009 al 11,3% del 2012).
Estos últimos datos ayudan a analizar la difícil situación que está viviendo actualmente el cine español. Una posible solución podría ser la mayor promoción de las películas nacionales a través de un aumento de los pre-estrenos, eventos que pueden dar mayor visibilidad y relevancia a las películas, o de la organización de más festivales españoles de cine, que en el 2012 han sido solo 36 frente a los 80 del 2011, a los 158 del 2010 y a los 240 del 2009. Por lo que concierne los precios muy elevados de las entradas del cine, las recientes ofertas promocionales como el “día del espectador” han demostrado que las posibilidades de relanzar el cine español existen y no son difíciles de realizar. Aunque fuera necesario reducir el precio de las entradas de todos los cines, excepto las para ver películas en 3D para las cuales es justificado un gasto más elevado, la muy probable mayor concurrencia de los ciudadanos podría garantizar una subida del porcentaje del número de los cines activos en España, además de un significativo aumento de los espectadores. Menores precios, nuevos cines y más espectadores: éstas son las claves.
Los indicadores de las empresas productoras de cine no son los únicos que han disminuido a partir del 2010. Como podemos ver en el Anuario, en el 2012 menos cines y salas de exhibición han ofrecido sus servicios respecto al año anterior y el número de largometrajes y cortometrajes realizados en España ha aumentado progresivamente hasta el 2010-2011, mientras ha disminuido bruscamente en el año siguiente. Estos datos muestran claramente cuánto sea difícil en este momento ganar competitividad y conseguir prestigio en la oferta del cine tanto a nivel nacional como a nivel mundial. Las películas multimillonarias de Hollywood, caracterizadas por efectos especiales, nuevas tecnologías (cine en 3D) y actores de fama internacional como Leonardo DiCaprio o Brad Pitt, atraen más espectadores y más inversores de dinero, influyendo de manera muy negativa en el éxito que tienen las películas europeas como las españolas o las italianas, menos promovidas y menos llamativas. De hecho, un indicador que destaca mucho en el Anuario es el relativo a las empresas distribuidoras de cine con actividad por nacionalidad de las películas distribuidas: si en el 2009 había crecido el porcentaje de las empresas españolas distribuidoras solamente de películas españolas (54,8%) respecto al mediocre porcentaje de empresas distribuidoras solamente de películas de USA (5,2 %), en los años siguientes las tendencias dominantes han sido diferentes. El porcentaje de las empresas distribuidoras solamente de películas españolas ha disminuido en el 2010 (51,7%), ha aumentado nuevamente en el 2011 (60,3%) y ha tenido otra flexión negativa en el 2012 (54,4%) frente al porcentaje de las distribuidoras de películas solamente de USA que ha crecido de manera constante (pasando del 5,2% del 2009 al 11,3% del 2012).
Estos últimos datos ayudan a analizar la difícil situación que está viviendo actualmente el cine español. Una posible solución podría ser la mayor promoción de las películas nacionales a través de un aumento de los pre-estrenos, eventos que pueden dar mayor visibilidad y relevancia a las películas, o de la organización de más festivales españoles de cine, que en el 2012 han sido solo 36 frente a los 80 del 2011, a los 158 del 2010 y a los 240 del 2009. Por lo que concierne los precios muy elevados de las entradas del cine, las recientes ofertas promocionales como el “día del espectador” han demostrado que las posibilidades de relanzar el cine español existen y no son difíciles de realizar. Aunque fuera necesario reducir el precio de las entradas de todos los cines, excepto las para ver películas en 3D para las cuales es justificado un gasto más elevado, la muy probable mayor concurrencia de los ciudadanos podría garantizar una subida del porcentaje del número de los cines activos en España, además de un significativo aumento de los espectadores. Menores precios, nuevos cines y más espectadores: éstas son las claves.
G.I.
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