mercoledì 2 aprile 2014

El juego en la sociedad. Una cosa muy seria

El juego cumple seguramente muchas funciones básicas en la nuestra sociedad y, por esta razón, no puede perder relevancia en la actualidad. De hecho, la dimensión lúdica lleva muchos años siendo objeto de estudios e investigaciones científicos y psicológicos que exploran su papel propedéutico en el proceso de aprendizaje de los niños y también en la construcción de las relaciones familiares, sobre todo entre hijos y padres.

Logo de Pixar Animation Studios
La exposición “Pixar. 25 años de animación”, que tiene lugar en CaixaForum Madrid, reconstruye el largo camino de Pixar Animation Studios en el mundo del cine de animación, presentando los largometrajes y cortometrajes producidos desde el 1979 y profundizando en las historias y en los personajes de las películas que en estos años nos han hecho pasar un buen rato solos o en compañía. Sin embargo, estas películas no tienen solamente el fin de resultar divertidas, porque, junto al entretenimiento, convierten el juego en una cosa seria que nos permite reflexionar sobre muchos valores y emociones humanos, encarnados por héroes y heroínas sensibles que se enfrentan con los mismos problemas cotidianos que cada niño, adolescente o adulto tiene en la vida real.

Mike Wazowski, protagonista de Monsters & Co.
El juego representa así una cosa muy seria y no hay que subvalorar su enorme potencial, ya que es una manera diferente y atípica de aprender, conocer a los demás y, al mismo tiempo, darse a conocer. Existen escuelas, como los centros educativos Waldorf, que proponen un método de enseñanza alternativo en el que el juego y la dimensión lúdica son protagonistas con docentes que establecen relaciones positivas con sus alumnos, acercándose más a sus intereses y dejando más espacio posible a su creatividad. 

De esta manera, los que educan no obligan a memorizar contenidos pasivamente a los que son educados, sino, al contrario, intentan conseguir su máxima participación y atención a través de actividades interactivas. Este es un claro ejemplo de enseñanza basada en el diálogo, en el feedback y en la comunicación y no solamente en una información dirigida de arriba a abajo. Hay juegos diferentes para cada edad y categoría de persona y los momentos que cada día dedicamos al juego nos ayudan a sonreír delante de las numerosas dificultades de la vida y, muchas veces, también a explicar cosas muy serias para las cuales no podríamos encontrar palabras adecuadas, sobre todo cuando se trata de interactuar con los más pequeños.

Folleto informativo del Centro de Formación de Pedagogía Waldorf España
También en el contexto universitario y en el mundo laboral el juego puede aportar beneficios y ventajas, porque, si se respetan determinados límites para no exagerar y no perder la seriedad necesaria, puede generar mayor cohesión interna y entusiasmo y, por consecuencia, mayor empeño e interés para el trabajo que hay que cumplir. Desafortunadamente, en estos dos últimos ámbitos en particular, las personas que se encuentran en una posición más alta en la escala jerárquica descuidan muchas veces de la importancia de este aspecto imprescindible del carácter del ser humano, que, cuando viene renegado, termina destruyendo el puente entre la comunicación y la mera información. En una sociedad en la que los medios de comunicación no dejan de transmitirnos informaciones de manera alarmista sobre guerras, enfermedades y crímenes, en la que la fugacidad de la vida cotidiana raramente nos concede la oportunidad de pararnos a pensar y en la que es cada vez más difícil tener confianza en los demás, tenemos que proteger el juego y las actividades lúdicas, porque representan la manera mejor para desconectar de todo lo que nos circunda.
G.I.

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