lunedì 21 aprile 2014

Niños, juegos y cultura

Toy Stories es un proyecto fotográfico del fotógrafo italiano Gabriele Galimberti, que dio la vuelta al mundo durante 18 meses para retratar a niños de los cinco continentes mostrando sus juguetes favoritos. Este proyecto, iniciado por casualidad cuando unos amigos pidieron a Galimberti que hiciera un retrato de su hija pequeña, que quiso aparecer con sus muñecas, nos ofrece imágenes muy expresivas e interesantes, con las que podemos analizar las diferentes culturas y los distintos contextos socio-económicos del mundo. 

Maudy (Zambia) © Gabriele Galimberti
De hecho, la realidad cotidiana a la que estos niños se enfrentan está muy bien reflejada en la cantidad y en la calidad de sus juguetes y en su relación con ellos. Maudy de Kalulushi (Zambia), por ejemplo, se presenta con numerosas gafas de sol, los juguetes preferidos por los chicos de su pobre aldea, donde la falta de tiendas, restaurantes y hoteles hace que los niños se contenten con poco. Su cara feliz mientras lleva un par de gafas amarillas contrasta mucho con el escenario de la foto, que muestra un paisaje desolado y poco sugestivo. 

En cambio, la imagen de Orly, un niño de Texas (USA), de pie sobre su cama con una manta de Spiderman y muchos dragones y dinosaurios a su lado, nos presenta la cultura americana, donde televisión, cine y cómicas permiten a los niños viajar con la mente en mundos fantásticos e irreales, donde superhéroes luchan contra las fuerzas del mal y donde el consumismo y el marketing comercial juegan un papel de protagonistas. Otra representación del american dream es exhibida por Puput, una niña de Bali (Indonesia) crecida dentro de una subcultura donde se admira el modelo estadounidense, aunque el contexto y el estilo de vida resulten muy diferentes. Comparando el aspecto de su habitación con sus juguetes, podemos observar de un lado una manta que recuerda las rallas y las estrellas de la bandera de los Estados Unidos y, por otro lado, unas cuantas pelotitas coloradas, entre las cuales muchas parecen pinchadas.

En el retrato de Alessia, una niña que vive en un pueblo en la provincia de Florencia (Italia), el sujeto de la foto es sin duda expresión de la realidad más cercana a la niña. De hecho, Alessia se presenta cerca de muchas vacas en una granja y sus juguetes son todos relacionados con el trabajo en el campo, al que, muy probablemente, esta asiste cada día junto a su familia.

Tyra (Suecia) © Gabriele Galimberti
Muy interesante es también la historia de Abel, un niño mexicano de Nopaltec, que se presenta con sus juguetes favoritos, coches y camionetas que le recuerdan los que muchas veces ve pasar en el mundo real cerca de su aldea para llegar en las plantaciones de azúcar.

En cambio, el retrato de otra niña europea, Tyra de Estocolmo (Suecia), consiste en un resumen infantil de la felicidad con la niña que sonríe divertida al lado de su casita de muñecas, su juguete favorito, que probablemente es la versión en plástico de la verdadera casa donde vive con su familia.

Muchas otras fotos nos muestran a niños de la misma edad, muy similares, pero al mismo tiempo tan diferentes por la calidad de vida y los problemas cotidianos. El contexto socio-cultural es un factor muy influyente en la orientación hacia el mundo del entretenimiento para los niños de todo el planeta. De hecho, en los retratos realizados por Galimberti los que provienen de subculturas más ricas y desarrolladas raramente parecen contentarse sólo de uno o dos juguetes, enseñando con orgullo juguetes muy elaborados e imitaciones de personajes de películas o de dibujos animados, diferentemente de los niños de África o de otros países del Tercer Mundo, como Botlhe de Maun (Botswana), que, a pesar de tener solamente un mono de peluche, mantiene una sonrisa sincera y contagiosa. Como ha afirmado el mismo Galimberti, a través de este trabajo se puede aprender más sobre los adultos que sobre los niños, porque estos últimos reflejan completamente la situación emocional, económica, cultural y social de sus familias. Entonces, se puede concluir que el trabajo del fotógrafo italiano nos garantiza un acceso muy original tanto a la dimensión lúdica de muchos niños de todo el mundo como a la intimidad y al contexto en el que viven sus familias.
G.I.

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